viernes, 15 de abril de 2011

Caso práctico semana 8: modelos de negocios digitales. El caso de Spotify.

Entre los diversos modelos de negocio con contenidos digitales y modelos de negocio innovadores nos vamos a ocupar esta semana de Spotify, la conocida aplicación de reproducción de música en streaming. Hay tres factores clave en su éxito: un catálogo de canciones muy completo, su facilidad de uso y su carácter innovador y moderno. El primer acierto fue llevar a cabo una serie de acuerdos con importantes discográficas y productoras (’4 majors’) para evitar problemas legales y restricciones por difusión de contenido protegido, que en general son los problemas que sufren este tipo de servicios. Esas cuatro grandes discográficas son también accionistas importantes, lo que por una parte permite el acceso a un enorme catálogo, pero también ha provocado que los precios de las cuentas de pago no sean más bajos.

Entre los argumentos a favor y en contra de Spotify hay quien señala entre los defectos más relevantes de Spotify es que el software es privativo, es decir de código cerrado, por lo que no sabes cómo usa tu ordenador o tu ancho de banda. Se les reprocha a los creadores una falta de transparencia.

Entre las muchas y variadas alternativas a Spotify citamos:

  • Deezer. Se trata de un servicio que permite escuchar música en streaming. Permite subir archivos musicales a cualquier usuario registrado, pero sólo se puede acceder a la música desde el ordenador desde el que se conecte el usuario.Más información aquí.
  • Gatunes. Un modelo en el que los usuarios crean sus listas arrastrando los vídeos desde Youtube, con lo que la cuestión del contenido queda subsanada al ser Youtube quien tiene el control del mismo. Su punto fuerte es la interfaz, mucho más parecida a Spotify o Grooveshark. Más información aquí.
  • Musicstrands es un servicio para descubrir, compartir y organizar música, aún en versión beta. Es un amplio catálogo de música online, destinado a crear una comunidad para compartir gustos musicales.
  • Fizy. Es un motor de búsqueda de canciones cuyos principales valores son la rapidez y la sencillez, además de un diseño web muy funcional para su uso en móviles con acceso a Internet.

Hay diversos avances tecnológicos que han permitido la enorme difusión de Internet, la música digital y la web 2.0, todos influyentes también en la creación de un modelo de negocio como el de Spotify: el consumo de la electrónica a bajo coste, el aumento de la capacidad de la red, que permite transmitir un sonido de alta calidad; el aumento de la caché del software, la mejora en los protocolos de internet y los proveedores de servicios de Internet (ISP) y en definitiva todos aquellos aspectos que han incidido de forma relevante en el abaratamiento de las herramientas tecnológicas y sus continuas mejoras. A todo esto habríamos de sumar la cuestión de los diferentes formatos de audio digital, especialmente el mp3 y la difusión de los reproductores digitales. Su uso masivo en los últimos años ha sido el que ha fortalecido las descargas ilegales y a su vez estas descargas las que han provocado la búsqueda de modelos de escucha en streaming que ofrezcan las mismas ventajas o más a los consumidores, como ha sido Spotify. Sin embargo, el formato usado por este servicio es Vorbis Ogg.

Modelo de negocio de Spotify
Spotify es un modelo de negocio Freemium, cuyo mayor riesgo es tener muchos más usuarios gratuitos de los que puede mantener y muchos menos usuarios de pago de los que son suficientes para poder seguir manteniendo su negocio. En el caso de Spotify, en 2010 se afirmaba que necesitaba al menos un 10% de usuarios de pago para hacer su negocio rentable, una cifra muy alta cuando lo normal en modelos de negocio Freemium es no superar el 4% de usuarios de pago. Recientemente, la empresa ha decidido hacer ciertas restricciones en los servicios gratuitos con objeto de alentar a sus usuarios a usar cuentas de pago.

La publicidad es la primera forma de financiación que buscan la mayoría de aplicaciones o páginas web, como en el caso del éxito de Youtube, cuyo modelo de negocio se basa en los ingresos obtenidos por publicidad: creación de canales con marca, publicidad en video y espacio publicitario tradicional (banners, etc.), anuncios publicitarios, etc. Teniendo esta como primera vía de financiación, en 2010 probaron un nuevo modelo: el alquiler de películas, que probaron con cinco títulos independientes pertenecientes al festival de Sundance, y también se hablado de la posibilidad de ofrecer contenidos de pago por visión. Youtube ha sabido aprovechar el valor de las aportaciones voluntarias, creando una red de conocimiento compartido en la que el usuario que la mantiene no participa de los beneficios

En algunos casos la publicidad no llega a ser lo suficientemente rentable como se estima y en otros resulta excesivamente invasiva y molesta. Spotify ha optado por usar banners dinámicos y que no siempre son visibles. Además, y siendo el audio el producto último, la siguiente elección era obvia: la cuña radiofónica. Su invasividad ha crecido conforme la plataforma a aumentado con usuarios free, pero también han aparecido aplicaciones que consiguen mutear las cuñas y dejar ese espacio de audio vacío hasta que llega la siguiente pista.
Diferencias entre Spotify y iTunes

La primera y más notable es que Spotify usa el streaming y iTunes Music Store la descarga de las canciones.Además, iTunes cobra 0.99€ por la descarga de cada canción e incluye un sistema anticopia (DRM) que sólo deja que las canciones se puedan escuchar en grabadas en un cd o en los reproductores mp3 de Apple (aunque recientemente ha empezado a vender canciones sin DRM más caras). Spotify ofrece un servicio gratuito muy básico con numerosas restricciones y dos servicios de pago a 4,99€ y 9,99€ mensuales. Ambos cuentan con un completísimo catálogo, pero aquí iTunes tiene más peso debido a las sonadas ausencias de Spotify, como The Beatles o Pink Floyd entre otros, y la tardanza en la publicación de los lanzamientos.

Pero hay algo que tienen común tanto Spotify como iTunes y es que en los próximos años habrán de enfrentarse a una enorme variedad de modelos y plataformas que optan por ofrecer los mismos servicios de forma gratuita o a un coste muchísimo menor, como Emusic, AllTunes o Grooveshark. Este último ha sido precisamente el principal competidor hasta ahora que ha tenido Spotify.

Diferencias entre Myspace y Herzio 

La diferencia fundamental entre Myspace y Herzio es que esta última se integra en Facebook, lo que le permite acceder a los millones de usuarios de la exitosa red social. Herzio aporta algunos pequeños detalles con respecto a las funcionalidades que ofrece Myspace en la promoción de artistas, como la tienda online de que dispone funciona bajo demanda, lo que permite al artista no realizar ninguna inversión previa, ya que los productos sólo se producen una vez que el consumidor ha realizado su compra. Además, los artistas pueden vender las entradas directamente a sus seguidores o redireccionar la venta a través de otros canales. Pero en términos generales Herzio nace como una copia mejorada de Myspace cuyo mayor valor reside en haber conseguido el beneplácito de Facebook.

En torno a la nueva burbuja digital/tecnológica.

La “burbuja digital o tecnológica” se refiere a una tendencia de subida exagerada en el valor de las tecnologías digitales en relación con el valor real de las mismas. La definición que da Wikipedia de una burbuja económica puede ayudarnos a esclarecer aún más el asunto: se refiere al fenómeno que se produce en los mercados, en buena parte debido a la especulación, que se caracteriza por una subida anormal y prolongada del precio de un activo o producto, de forma que dicho precio se aleja cada vez más del valor real o intrínseco del producto.

El hecho de que muchas empresas 2.0 hayan recibido inversiones millonarias en los últimos años, como en los casos de Facebook o Twitter, cuando aún no tienen claro cómo van a generar beneficios en el futuro ha hecho crecer las sospechas sobre prácticas especulativas en torno a las nuevas empresas basadas en la web 2.0. Esta situación ha hecho a muchos recordar la burbuja de las puntocom que se vivió con el auge de Internet a finales de los 90.

Probablemente y con la experiencia de lo ocurrido a principios del 2000, es muy posible que no se produzca un desastre similar. Sin embargo, una vez que pasa la fiebre por una nueva tecnología o avance habitualmente el propio mercado y la sociedad establecen sus prioridades y esto produce de facto una selección de aquellas iniciativas que han conseguido establecerse. Las demás suelen acabar desapareciendo. En el caso de la web 2.0 este proceso puede tener lugar de forma más pausada y progresiva que el de la puntocom, aunque es casi indudable que acabará teniendo lugar, en mayor o menor medida. La mayor parte de las empresas 2.0 son bastante opacas en su gestión -raro es el caso de la que presenta sus resultados- lo que dificulta en extremo saber con certeza si las valoraciones de las que son objeto son correctas o no. No es difícil pensar que muchas de estas empresas están siendo sobrevaloradas desde hace al menos cuatro años.

http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/04/semana-8.html 

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