Recientemente tuve la oportunidad de contar mi experiencia en la primera edición del curso Innovación Abierta en la Gestión de Proyectos Culturales como parte de la difusión de la nueva edición que tendrá lugar en 2013. Como fue aquí, en este blog, donde realicé las actividades de aquel curso quiero ahora compartir también este texto, que ha sido publicado originalmente en la web del curso.
Mi experiencia en #IAC11
Hace ahora dos años estaba a punto de comenzar la primera edición del curso Innovación Abierta en la Gestión de Proyectos Culturales. Un proyecto que, tanto por sus contenidos como por su metodología, fue pionero en nuestro país en esto de la educación abierta. La metodología que se planteaba estaba llena de conceptos poco conocidos y bastante alejados de la estructura educativa que conocemos: facilitadores, componentes sincrónicos y asincrónicos, plataformas abiertas y descentralizadas, etc. y los contenidos
giraban en torno a cuestiones como prácticas sociales abiertas y
expandidas, diseño estratégico, técnicas de usabilidad, procomún,
comunidades de práctica, gestión del conocimiento, modelos de negocio
digitales, propiedad intelectual, procomún o nuevas modelos de
financiación.
El modelo educativo en #IAC11
Para empezar sería conveniente apuntar que el proceso de aprendizaje
es diferente al habitual. Aquí, el alumno empieza por leer y ver los
contenidos propuestos, acompañados de un resumen que sintetiza bien la
materia. Esos contenidos están formados por todo tipo de materiales: artículos académicos, de blogs, vídeos, enciclopedias digitales, etc. y eso facilita la posibilidad de saltar de unos a otros, llegando con facilidad a nuevos textos que originalmente no habían sido propuestos por los facilitadores.
Todo ese contenido es abierto, tanto los propios del curso como los generados por los alumnos,
lo que consigue que el aprendizaje se extienda en el tiempo, más allá
de las fechas en las que se circunscribe la formación. Personalmente, mi blog de actividades del curso me ha servido desde entonces como repositorio de información de interés y el blog del curso
como lugar al que recurrir habitualmente en busca de enlaces e
información de interés tanto por cuestiones de trabajo como por interés
personal.
Hasta aquí no parece muy diferente de muchos de los cursos online masivos y abiertos (MOOCs) que hemos visto despegar en el último año. Pero, mientras que el papel del alumno en muchos MOOCs sigue siendo pasivo, como mero receptor del conocimiento, aquí vamos a encontrar diversos factores que hacen que la información provenga y fluya en todas direcciones, como el trabajo que se hace con casos concretos y el contacto con compañeros y facilitadores.
El estudio y análisis de los casos prácticos tiene varias ventajas: por una parte nos permite conocer iniciativas y proyectos muy interesantes, pero también la reflexión en torno a ellos da como resultado un aprendizaje práctico,
que se ancla más firmemente en nuestra memoria, y nos permite poner en
marcha una actividad crítica y creativa que va mucho más allá de la mera
repetición de conceptos y contenidos. Para que lo anterior fructifique es indispensable por supuesto una evaluación sesuda y abierta por parte de los facilitadores,
que aquí ejercen más un papel de guías que de docentes. Esa libertad
que el alumno vive al poco de comenzar pronto da sus frutos, siendo
capaz de entrelazar y argumentar contenidos del curso con otros
conocimientos previos.
El aspecto social de #IAC11
A todo ello se acompaña el continuo contacto con facilitadores y compañeros
a través de diversas plataformas 2.0 y, por supuesto, mediante correo
electrónico. Las preguntas, debates y opiniones son formulados y
respondidos tanto por alumnos como por facilitadores, lo que consigue
que el aprendizaje provenga de muchas direcciones y no sólo de la figura
del profesor tradicional, cuyo mensaje casi siempre ha sido
unidireccional.
Toda esa amalgama, que si bien estaba formada por cuestiones que ya
habían sido planteadas en distintos foros, tomaba mediante este curso
una forma académica en la que se ponían en práctica los propios
conceptos que se iban a enseñar y divulgar. Y, aunque esta segunda edición
viene acompañada de un buen puñado de novedades que seguramente
mejorarán el proyecto original, quizá donde radica la apuesta más
interesante de este curso es que ha puesto sobre la mesa que ya no vale únicamente explicar las cosas, sino que hay que ponerlas en práctica.
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