martes, 22 de marzo de 2011

Respuesta al caso práctico de la semana 3

Una vez tomada la decisión de montar una editorial y aplicar en su diseño una metodología abierta y colaborativa, hemos de comenzar a plantear en qué punto entre una estructura cerrada y otra completamente abierta nos vamos a situar. En este sentido puede resultar de utilidad el texto De la competencia a la colaboración: hacia nuevas formas de organización y una tabla que en él se incluye y que reproduzco al final de esta entrada.

El ánimo de lucro va a existir puesto que una de las motivaciones esenciales del proyecto va a ser convertirlo en el medio que nos va a proporcionar nuestros ingresos. Pues bien, a partir de aquí voy a asumir un papel coordinador del proyecto, pero haciendo partícipes a ciertos miembros que considero de especial interés por sus capacidades para, con el tiempo, poder ofrecerles la posibilidad de asociarse al proyecto. Así, a pesar de unos inicios centralizados, la editorial podrá crecer aumentando en función de sus necesidades el equipo coordinador. A grandes rasgos, la estructura podría esta:

1. Una dirección, en la que en un principio hay una sola persona –generadora del proyecto-, pero que más tarde se amplía con aquellos miembros más capacitados e implicados.

2. Un equipo de profesionales con experiencia en el sector editorial, multidisciplinar y responsable de las cuestiones elementales para el buen funcionamiento de la editorial, del que saldrán los futuros miembros de la dirección.

3. Varios equipos de especialistas en diversas áreas básicas para la editorial, como el diseño, la publicidad, las correcciones, la gestión de materiales, etc.

4. Un último grupo formado por escritores y lectores, que formarían un entramado de usuarios activos generador de nuevas ideas. Desde la editorial se fomentará que este grupo tenga una capacidad de actuación independiente y unos canales adecuados para hacer llegar sus propuestas a los demás equipos, además de fomentar su colaboración con ellos.

Los primeros pasos del proyecto han de ser decisivos en la formación de una red de trabajo estable, por lo que desde mi posición como iniciador del proyecto pondría sobre una mesa de trabajo conjunta todos los aspectos fundamentales para la puesta en marcha de la editorial. El grado de implicación y las aportaciones me van a permitir identificar claramente a aquellos miembros más interesantes para formar el equipo coordinador, que habrán de tener un peso equivalente al mío en la toma de decisiones en el futuro.

Dada la opción elegida, por supuesto se van a usar todo tipo de herramientas y aplicaciones digitales para el desarrollo de las tareas, tales como diferentes medios sociales para la publicidad y la comunicación entre los diversos grupos de trabajo, comunidades virtuales y cualquier tipo de herramienta que permita una colaboración activa, eficaz e instantánea.

Teniendo en cuenta la situación actual de crisis, la incertidumbre sobre el futuro del libro impreso y la gran cantidad de editoriales que cada año aparecen en España, la colaboración desde el principio va a ser un pilar fundamental, puesto que va a ser necesario contar con muchas visiones diferentes: el papel de la tecnología, los autores, los gustos y necesidades de los lectores, etc.

No hay que descartar la colaboración con nuestra propia competencia, a fin de conformar en el futuro redes de conocimiento y empresariales que nos permitan avanzar en una misma dirección, afrontar nuevos proyectos y alcanzar beneficios mutuos. Por supuesto, uno de los pilares fundamentales en toda esta red de colaboración debe ser la confianza. 



http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/03/semana-3-practicas-sociales-abiertas-y.html

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